Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltesasar, quedó atónito por un momento, y sus pensamientos le turbaban. El rey habló y dijo: —Beltesasar, no te turben el sueño ni su interpretación. Y Beltesasar respondió y dijo: —¡Oh señor mío, que el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para tus adversarios!
Daniel, conocido también como Beltsasar, se quedó desconcertado por algún tiempo y aterrorizado por sus propios pensamientos; por eso el rey le dijo: Beltsasar, no te dejes alarmar por este sueño y su significado. A esto Daniel respondió: ¡Ojalá que el sueño y su significado tengan que ver con los acérrimos enemigos de Su Majestad!
Daniel estaba muy preocupado por las ideas que le venían a la cabeza, así que se quedó callado. Pero el rey lo llamó por su otro nombre y le dijo: —No te preocupes, Beltsasar. Dime lo que significa el sueño. Y Daniel le contestó: —¡Cómo quisiera yo que el significado del sueño tuviera que ver con los enemigos de Su Majestad!
eres tú, oh rey, que te has hecho grande y poderoso, cuya grandeza ha crecido y ha llegado hasta el cielo, y cuyo dominio se extiende hasta los confines de la tierra.
Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren.
Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, estuvo callando casi una hora, y sus pensamientos lo espantaban: El rey habló, y dijo: Beltsasar, no te espante el sueño ni su interpretación. Respondió Beltsasar, y dijo: Señor mío, el sueño sea para los que te aborrecen, y su declaración para tus enemigos.