El árbol que viste (que crecía y se hacía fuerte, y cuya altura llegaba hasta el cielo y que era visible a toda la tierra;
La copa del árbol que Su Majestad veía crecer y fortalecerse, tocaba el cielo; ¡hasta podía verse desde cualquier punto de la tierra!
El árbol grande y poderoso que usted vio en su sueño es usted mismo. Su Majestad llegó a ser tan poderoso que su grandeza llegaba hasta el cielo. Y así como el árbol tenía hojas muy verdes, y todos comían de su fruta, así también Su Majestad cubría toda la tierra, y todo el mundo sabía de su poder.
«En cuanto a lo que ha visto el rey: un Vigilante, un santo que bajaba del cielo y decía: “Abatid el árbol, destruidlo, pero el tocón y sus raíces dejadlos en tierra, con ataduras de hierro y bronce, entre la hierba del campo, y sea bañado del rocío del cielo y comparta la suerte con las bestias del campo hasta que hayan pasado por él siete tiempos”,
El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra,
El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y que su altura llegaba hasta el cielo, y era visible a toda la tierra;