¡Que viva Su Majestad por siempre! contestó Daniel desde el foso.
Y Daniel le contestó: —¡Deseo que Su Majestad viva muchos años!
Acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada: «Daniel, servidor del Dios vivo, tu Dios, a quien sirves con perseverancia, ¿ha podido librarte de los leones?»
Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre.
Entonces habló Daniel con el rey: Oh rey, para siempre vive.