Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis más vuestra cerviz.
Por eso, despójate de lo pagano que hay en tu corazón,[1] y ya no seas terco.
Pero no sean tercos, ni se olviden jamás del pacto que tienen con Dios.
Circuncidad el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis más vuestra cerviz,
Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.
Circuncidad pues el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.