Y al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi nombre, yo le pediré cuentas.
Si alguien no presta oído a las palabras que el profeta proclame en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas.
Dios castigará a quien no obedezca las órdenes que dé por medio de ese profeta.
Si alguno no escucha mis palabras, las que ese profeta pronuncie en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas de ello.
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.
Mas será, que cualquiera que no escuche mis palabras que él hablare en mi nombre, yo lo llamaré a cuentas.