Si es pobre y en prenda te ofrece su manto, no se lo retengas durante la noche.
»Si la persona a quien le prestan es pobre, y lo único que puede dar como garantía es su capa, acéptenla pero no se queden con ella toda la noche. Entréguenla a su dueño al anochecer, para que al dormir tenga con qué cubrirse. Así el dueño les estará agradecido, y pedirá a Dios que les dé su bendición. Y Dios verá que ustedes son buenos, y los bendecirá.
Y si es un hombre de condición humilde, no te acostarás guardando su prenda;
Y si el hombre fuere pobre, no te acostarás reteniendo aún su prenda.
Y si fuere hombre pobre, no duermas con su prenda: