Mejor es una mano llena de sosiego que ambos puños llenos de duro trabajo y de aflicción de espíritu.
Más vale poco con tranquilidad que mucho[1] con fatiga … ¡corriendo tras el viento!
pero «más vale una hora de descanso que dos horas de trabajo», pues el mucho trabajo no sirve de nada.
Más vale llenar un puñado con reposo que dos puñados con fatiga en atrapar vientos.
Más vale un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.
Mas vale el un puño lleno con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción de espíritu.