Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor.
Finalmente, dejen que el gran poder de Cristo les dé las fuerzas necesarias.
Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en la fuerza de su poder.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fortaleza.