Por mí es dada la orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos, para construir esta casa de Dios: Los gastos de aquellos hombres sean puntualmente pagados de los recursos del rey, de los tributos de Más Allá del Río, para que no cese la obra.
También he decidido que ustedes deben prestarles ayuda, sufragando los gastos de la reconstrucción del templo con los impuestos que la provincia al oeste del río Éufrates paga al tesoro real. No se tarden en pagar todos los gastos, para que no se interrumpan las obras.
Además, ustedes deberán ayudarlos en los trabajos, y pagar puntualmente todos los gastos que tengan. Esto se hará con los impuestos que esa provincia paga al tesoro del reino.
Estas son mis órdenes acerca de vuestro proceder con los ancianos de los judíos para la reconstrucción de esa Casa de Dios: de los fondos reales de los impuestos de Transeufratina, se les pagarán a esos hombres los gastos exactamente y sin interrupción.
Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra.
Y por mí es dado mandamiento de lo que habéis de hacer con los ancianos de estos judíos, para edificar la casa de este Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, los gastos sean dados luego a aquellos varones, para que no cesen.