Una copia del documento debía ser promulgada como ley en cada provincia, y debía ser proclamada a todos los pueblos, a fin de que los judíos estuviesen preparados para aquel día y tomasen venganza de sus enemigos.
En cada provincia se emitiría como ley una copia del edicto, y se daría a conocer a todos los pueblos. Así los judíos estarían preparados ese día para vengarse de sus enemigos.
Una copia de la orden debía ser publicada en todas las provincias, y ese día los judíos debían estar listos para vengarse de sus enemigos.
Una copia de este escrito debía ser publicada como ley en todas las provincias y promulgada en todos los pueblos; y los judíos debían estar preparados aquel día para vengarse de sus enemigos.
La copia del edicto que había de darse por decreto en cada provincia, para que fuese conocido por todos los pueblos, decía que los judíos estuviesen preparados para aquel día, para vengarse de sus enemigos.
La copia de la escritura que había de darse por ordenanza en cada provincia, para que fuese manifiesta a todos los pueblos, decía que los judíos estuviesen apercibidos para aquel día, para vengarse de sus enemigos.