Los judíos se congregaron en sus ciudades en todas las provincias del rey Asuero, para echar mano sobre los que habían procurado su mal. Nadie les pudo resistir, porque en todos los pueblos había caído el miedo a ellos.
En todas las provincias del rey Asuero, los judíos se reunieron en sus respectivas ciudades para atacar a los que procuraban su ruina. Nadie podía combatirlos, porque el miedo a ellos se había apoderado de todos.
En todas las provincias del reino de Asuero, los judíos se reunieron en sus respectivas ciudades, dispuestos a atacar a cualquiera que les quisiera hacer daño. Pero nadie se atrevió a hacerles frente, porque ahora todos les tenían miedo.
En todas las provincias del rey Asuero se reunieron los judíos en sus ciudades para poner la mano sobre cuantos habían intentado hacerles mal, sin que nadie les opusiera resistencia, porque el temor se había apoderado de todos los pueblos.
Los judíos se reunieron en sus ciudades, en todas las provincias del rey Asuero, para descargar su mano sobre los que habían procurado su mal, y nadie los pudo resistir, porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos.
Los judíos se juntaron en sus ciudades en todas las provincias del rey Asuero, para echar mano sobre los que habían procurado su mal; y nadie pudo contra ellos, porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos.