No comeréis del cordero nada crudo, ni cocido en agua; sino asado al fuego, con su cabeza, sus piernas y sus entrañas.
No deberán comerla cruda ni hervida, sino asada al fuego, junto con la cabeza, las patas y los intestinos.
Pero no vayan a comerse la carne cruda o hervida; tienen que asarla al fuego, y comerse la cabeza, las patas y las tripas.
Nada de él comeréis crudo ni cocido, sino asado, con su cabeza, sus patas y sus entrañas.
Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas.
Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus intestinos.