Y dijeron a Moisés: —Habla tú con nosotros, y escucharemos. Pero no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.
Así que le suplicaron a Moisés: Háblanos tú, y te escucharemos. Si Dios nos habla, seguramente moriremos.
Luego fueron a decirle a Moisés: —Es mejor que seas tú quien nos hable. Dinos qué debemos hacer, y te obedeceremos. Si Dios nos habla, podríamos morir.
Dijeron a Moisés: «Habla tú con nosotros, que podremos entenderte, pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.»
Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.
Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, que nosotros oiremos; mas no hable Dios con nosotros, para que no muramos.