'No blasfemes nunca contra Dios,[2] ni maldigas al jefe de tu pueblo.
»No hablen mal de los jueces, ni maldigan a sus gobernantes.
No tardarás en ofrecerme de tu abundancia y de tus jugos. Me darás el primogénito de tus hijos.
No injuriarás a los jueces, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.
A los dioses no injuriarás, ni maldecirás al príncipe de tu pueblo.