Pero viendo el faraón que le habían dado alivio, endureció su corazón y no los escuchó, tal como Jehovah lo había dicho.
Pero en cuanto el faraón experimentó alivio, endureció su *corazón y, tal como el Señor lo había advertido, ya no quiso saber nada de Moisés ni de Aarón.
Pero tal como Dios lo había dicho, en cuanto el rey vio que ya todo había pasado, no les hizo caso, sino que se puso más terco y no dejó salir a los israelitas.
Dijeron los magos a Faraón: «¡es el dedo de Dios!» Pero el corazón de Faraón se endureció, y no les escuchó, como había dicho Yahveh.
Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.