Por tanto, he aquí que extendí mi mano contra ti y disminuí tu ración. Te entregué a la voluntad de quienes te aborrecen, las hijas de los filisteos, las cuales se avergüenzan de tu conducta infame.
Yo levanté mi mano para castigarte y reduje tu territorio; te entregué a las ciudades[1] filisteas, que se avergonzaban de tu conducta depravada.
Por eso te castigué. Por eso permití que perdieras parte de tu territorio. Por eso te dejé caer en manos de los filisteos, tus enemigos de siempre, ¡y hasta ellos se avergonzaron de tu mal comportamiento!
Entonces yo levanté mi mano contra ti. Disminuí tu ración y te entregué a la animosidad de tus enemigas, las hijas de los filisteos, que se avergonzaban de la infamia de tu conducta.
Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto.
Por tanto, he aquí que yo extendí sobre ti mi mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad de las hijas de los filisteos que te aborrecen, las cuales se avergüenzan de tu camino deshonesto.