He aquí que todas las almas son mías; tanto el alma del padre como el alma del hijo son mías. El alma que peca, ésa morirá.
La persona que peque morirá. Sepan que todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo.
La vida de todo ser humano me pertenece, tanto la de los padres como la de los hijos. Sólo morirá aquel que peque.
Mirad: todas las vidas son mías, la vida del padre lo mismo que la del hijo, mías son. El que peque es quien morirá.
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.
He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.