Arruinó sus palacios y asoló sus ciudades. Quedó desolada la tierra y su plenitud a causa del ruido de sus rugidos.
Demolía palacios,[1] asolaba ciudades, y amedrentaba con sus rugidos a todo el país y a sus habitantes.
Hacía destrozos en los palacios y dejaba en ruinas las ciudades; con sus feroces rugidos hacía temblar a todo el mundo.
derribó sus palacios, devastó sus ciudades; la tierra y sus habitantes estaban aterrados por la voz de su rugido.
Saqueó fortalezas, y asoló ciudades; y la tierra fue desolada, y cuanto había en ella, al estruendo de sus rugidos.
Y conoció sus lugares desolados, y arrasó sus ciudades; y fue desolada la tierra y su abundancia, a la voz de su rugido.