Aconteció en el primer día del mes primero del año 11 que vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
El día primero del mes primero[1] del año undécimo, el Señor me dirigió la palabra:
Habían pasado once años desde que llegamos presos a Babilonia, y el día primero del mes de Adar, Dios me dijo: «Ezequiel, hombre mortal, la ciudad de Tiro se burla de Jerusalén y dice: “¡La gran ciudad, centro del comercio mundial, ha quedado en ruinas! ¡Ahora me toca a mí hacerme rica como ella!”
El año undécimo, el día primero del mes, la palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Y ACONTECIÓ en el undécimo año, en el primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: