He aquí que consideraré al cedro del Líbano, de ramas hermosas, que ensombrecía al bosque. Era de gran altura, y su copa estaba entre las nubes.
Fíjate en Asiria, que alguna vez fue cedro del Líbano, con bello y frondoso ramaje; su copa llegaba hasta las nubes.
Pareces un cedro del Líbano, cubierto de abundantes ramas. ¡Con ellas tocas el cielo!
Mira: a un cedro del Líbano de espléndido ramaje, de fronda de amplia sombra y de elevada talla. Entre las nubes despuntaba su copa.
He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.
He aquí era el asirio cedro en el Líbano, hermoso en ramas, y de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.