En cuanto a mí, mi ojo no tendrá lástima, ni tendré compasión. Haré recaer su conducta sobre sus propias cabezas.
Por eso no les tendré piedad ni compasión, sino que les pediré cuentas de su conducta.'
Por eso voy a llamarlos a cuentas; voy a castigarlos sin ninguna compasión.
Pues bien, tampoco yo tendré una mirada de piedad ni perdonaré. Haré caer su conducta sobre su cabeza».
Así, pues, haré yo; mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; haré recaer el camino de ellos sobre sus propias cabezas.
Así pues, yo, mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; haré recaer el camino de ellos sobre su cabeza.