Pero si el vivir en la carne me sirve para una obra fructífera, ¿cuál escogeré? No lo sé.
Ahora bien, si seguir viviendo en este mundo* representa para mí un trabajo fructífero, ¿qué escogeré? ¡No lo sé!
En realidad, no sé qué es mejor, y me cuesta mucho trabajo elegir. En caso de seguir con vida, puedo serle útil a Dios aquí en la tierra; pero si muero, iré a reunirme con Jesucristo, lo cual es mil veces mejor.
Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger...
Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger.
Mas si vivo en la carne, este es el fruto de mi trabajo; no sé entonces que escoger.