Luego, después de catorce años, subí otra vez a Jerusalén, junto con Bernabé, y llevé conmigo también a Tito.
Catorce años después subí de nuevo a Jerusalén, esta vez con Bernabé, llevando también a Tito.
Catorce años después, Dios me hizo ver que yo debía ir a Jerusalén. En esa ocasión me acompañaron Bernabé y Tito. Allí nos reunimos con los miembros de la iglesia, y les explicamos el mensaje que yo anuncio a los que no son judíos. Luego me reuní a solas con los que eran reconocidos como líderes de la iglesia, pues quería estar seguro de que mi trabajo, pasado y presente, no iba a resultar un esfuerzo inútil.
Luego, al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo también a Tito.
Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.
DESPUÉS, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalem con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.