porque toda la ley se ha resumido en un solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
En efecto, toda la ley se resume en un solo mandamiento: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo.'*
Porque toda la ley de Dios se resume en un solo mandamiento: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.»
Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: = Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Porque toda la ley en una palabra se cumple, en ésta: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.