Digo, pues: Andad en el Espíritu, y así jamás satisfaréis los malos deseos de la carne.
Así que les digo: Vivan por el Espíritu, y no seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa.
Por eso les digo: obedezcan al Espíritu de Dios, y así no desearán hacer lo malo.
Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne.
Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
Digo, pues: Andad en el Espíritu; y no satisfagáis los deseos de la carne.