Al firmamento Dios lo llamó 'cielo'. Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el segundo día.
Al ver la belleza del firmamento, Dios le puso por nombre «cielo». Y cayó la noche, y llegó la mañana. Ese fue el segundo día.
Y llamó Dios al firmamento «cielos». Y atardeció y amaneció: día segundo.
Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.