Y dijo: —He aquí, ya que he empezado a hablar a mi Señor, quizás se encuentren allí veinte… Y respondió: —No la destruiré en consideración a los veinte.
Abraham siguió insistiendo: Sé que he sido muy atrevido en hablarle así a mi Señor, pero tal vez se encuentren sólo veinte. Por esos veinte no la destruiré.
Abraham volvió a insistir: —Dios mío, realmente soy muy atrevido, pero ¿si sólo se encuentran veinte? Dios respondió: —Hasta por esos veinte, no destruiré la ciudad.
Díjole. «¡Cuidado que soy atrevido de interpelar a mi Señor! ¿Y si se hallaren allí veinte?»
Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte.
Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor de los veinte.