Y al rayar el alba, los ángeles apremiaban a Lot, diciéndole: —¡Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que están aquí, para que no seas destruido con el castigo de la ciudad!
así que al amanecer los ángeles insistieron con Lot. Exclamaron: ¡Apúrate! Llévate a tu esposa y a tus dos hijas que están aquí, para que no perezcan cuando la ciudad sea castigada.
pero al amanecer los ángeles insistieron: —¡Lot, date prisa! ¡Llévate de aquí a tu esposa y a tus dos hijas! ¡De lo contrario, serás destruido junto con la ciudad!
Al rayar el alba, los ángeles apremiaron a Lot diciendo: «Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran aquí, no vayas a ser barrido por la culpa de la ciudad.»
Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad.
Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu esposa, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad.