Entonces Dios escuchó la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: —¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho, allí donde está.
Cuando Dios oyó al niño sollozar, el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: '¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del niño.
Dios oyó los gritos del niño, y llamó a Agar desde el cielo y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No tengas miedo, ya escuché los gritos del niño.
Oyó Dios la voz del chico, y el Ángel de Dios llamó a Agar desde los cielos y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del chico en donde está.
Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.