Ahora pues, júrame aquí por Dios que no me engañarás ni a mí, ni a mis hijos, ni a mis nietos; sino que conforme a la bondad que yo he hecho contigo tú harás conmigo y con la tierra en la que vienes residiendo.
24
Abraham respondió: —Sí, lo juro.
25
Entonces Abraham se quejó a Abimelec acerca de un pozo de agua que los siervos de Abimelec le habían quitado.