Así Abraham adquirió de los hijos de Het el campo y la cueva que había en él, como una propiedad para sepultura.
De esta manera, el campo y la cueva que estaba en él dejó de ser de los hititas y pasó a ser propiedad de Abraham para sepultura.
Así aquel campo y la cueva que hay en él llegaron a ser de Abraham como propiedad sepulcral, recibida de los hijos de Het.
Y quedó la heredad y la cueva que en ella había, de Abraham, como una posesión para sepultura, recibida de los hijos de Het.
Y quedó la heredad y la cueva que en ella había, por de Abraham, en posesión de sepultura adquirida de los hijos de Het.