Entonces Abimelec dio órdenes a todo el pueblo diciendo: —El que toque a este hombre o a su mujer, morirá irremisiblemente.
Por eso Abimélec envió esta orden a todo el pueblo: Si alguien molesta a este hombre o a su esposa, será condenado a muerte.
Enseguida Abimélec le ordenó a todo el pueblo: —Cualquiera que moleste a este hombre o a su mujer, será condenado a muerte.
Entonces Abimélek ordenó a todo el pueblo: «Quien tocare a este hombre o a su mujer, morirá sin remedio.»
Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.
Entonces Abimelec mandó a todo el pueblo, diciendo: El que tocare a este hombre o a su esposa, de cierto morirá.