Jacob se acercó a su padre Isaac, quien le palpó y dijo: —La voz es la voz de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.
Jacob se acercó a su padre, quien al tocarlo dijo: La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú.
Jacob se acercó a su padre, quien después de tocarlo le preguntó: —¿Eres realmente mi hijo Esaú? Tus brazos son los de Esaú, pero tu voz es la de Jacob. —¡Claro que soy Esaú! —respondió Jacob. Pero Isaac no reconoció a Jacob porque sus brazos tenían pelos como los de Esaú. Entonces Isaac dijo: —Hijo mío, tráeme del animal que cazaste, para que lo coma y te dé mi bendición especial. Jacob le llevó el plato, e Isaac comió; también le llevó vino, e Isaac bebió. Después de comer, Isaac le dijo: —Ahora, hijo mío, acércate y dame un beso. Jacob se acercó a su padre y lo besó. En cuanto Isaac olió sus ropas, lo bendijo así: «Hijo mío, tienes el olor de los campos que Dios bendice.
Acercóse Jacob a su padre Isaac, el cual le palpó y dijo: «La voz es la de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.»
Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú.
Y se acercó Jacob a su padre Isaac; y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las manos, las manos de Esaú.