Esaú dijo a su padre: —¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío! Y Esaú alzó su voz y lloró.
Pero Esaú insistió: ¿Acaso tienes una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí! Y se echó a llorar.
Esaú se echó a llorar, y lanzando fuertes gritos insistió: —Padre mío, ¡bendíceme también a mí! ¿Acaso tienes una sola bendición?
Dijo Esaú a su padre: «¿Es que tu bendición es única, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío!» Isaac guardó silencio y Esaú alzó la voz y rompió a llorar.
Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.
Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.