En ese mismo sueño, el ángel de Dios me llamó: ¡Jacob! Y yo le respondí: Aquí estoy.
También oí que Dios me dijo: “Ya he visto lo mal que te trata tu suegro. Por eso, si te fijas, verás que todos los carneros que se aparean con las ovejas son rayados y manchados.
Y me dijo el Ángel de Dios en aquel sueño: “¡Jacob!” Yo respondí: “Aquí estoy.”
Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.
Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.