Entonces habló Judá a Tamar su nuera, diciendo: —Permanece viuda en la casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Sela. Porque pensaba: 'No sea que muera él también como sus hermanos.' Y Tamar se fue y permaneció en la casa de su padre.
Entonces Judá le dijo a su nuera Tamar: 'Quédate como viuda en la casa de tu padre, hasta que mi hijo Selá tenga edad de casarse.' Pero en realidad Judá pensaba que Selá podría morirse, lo mismo que sus hermanos. Así que Tamar se fue a vivir a la casa de su padre.
Entonces Judá le recomendó a Tamar que se quedara viuda hasta que Selá creciera. Y es que Judá tenía miedo de que también Selá muriera, como sus hermanos. Por eso Tamar se fue a vivir a la casa de su padre.
Entonces dijo Judá a su nuera Tamar: «Quédate como viuda en casa de tu padre hasta que crezca mi hijo Selá.» Pues se decía: «Por si acaso muere también él, lo mismo que sus hermanos.» Tamar se fue y quedó en casa de su padre.
Y Judá dijo a Tamar su nuera: Quédate viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi hijo; porque dijo: No sea que muera él también como sus hermanos. Y se fue Tamar, y estuvo en casa de su padre.
Y Judá dijo a Tamar su nuera: Quédate viuda en casa de tu padre, hasta que crezca Sela mi hijo; porque dijo: No sea que como sus hermanos también él muera. Y se fue Tamar, y moró en la casa de su padre.