Entonces preguntó a los hombres de aquel lugar diciendo: —¿Dónde está la prostituta de Enaim, junto al camino? Ellos le dijeron: —Aquí no hay ninguna prostituta.
Entonces le preguntó a la gente del lugar: ¿Dónde está la prostituta[1] de Enayin, la que se sentaba junto al camino? Aquí nunca ha habido una prostituta así le contestaron.
Entonces les preguntó a los que vivían allí: —¿Dónde está la prostituta que acostumbra sentarse junto al camino de Enaim? Ellos contestaron: —Aquí nunca ha habido ninguna prostituta.
Preguntó a los del lugar: «¿Dónde está la ramera aquella que había en Enáyim, a la vera del camino?» - «Ahí no ha habido ninguna ramera» - dijeron.
Y preguntó a los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de Enaim junto al camino? Y ellos le dijeron: No ha estado aquí ramera alguna.
Y preguntó a los hombres de aquel lugar, diciendo: ¿Dónde está la ramera de las aguas junto al camino? Y ellos le dijeron: Aquí no ha estado ninguna ramera.