Aconteció que después de unos tres meses le informaron a Judá diciendo: —Tu nuera Tamar ha cometido adulterio y está encinta a consecuencia del adulterio. Y Judá dijo: —¡Sacadla, y que sea quemada!
Como tres meses después, le informaron a Judá lo siguiente: Tu nuera Tamar se ha prostituido, y como resultado de sus andanzas ha quedado embarazada. ¡Sáquenla y quémenla! exclamó Judá.
Como a los tres meses, alguien fue a decirle a Judá: —Seguramente tu nuera Tamar ha tenido relaciones con alguien, pues resulta que está embarazada. Entonces Judá exclamó: —¡Échenla fuera, y quémenla viva!
Ahora bien, como a los tres meses aproximadamente, Judá recibió este aviso: «Tu nuera Tamar ha fornicado, y lo que es más, ha quedado encinta a consecuencia de ello.» Dijo Judá: «Sacadla y que sea quemada.»
Sucedió que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo: Tamar tu nuera ha fornicado, y ciertamente está encinta a causa de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.
Y aconteció que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo: Tamar tu nuera ha fornicado, y he aquí que está en cinta de las fornicaciones. Y Judá dijo: Sacadla, y sea quemada.