Ellos le dijeron: —Hemos tenido un sueño, y no hay quien nos lo interprete. Entonces José les dijo: —¿Acaso no son de Dios las interpretaciones? Por favor, contádmelo a mí.
Los dos tuvimos un sueño respondieron, y no hay nadie que nos lo interprete. ¿Acaso no es Dios quien da la interpretación? preguntó José. ¿Por qué no me cuentan lo que soñaron?
Ellos respondieron: —Resulta que los dos tuvimos un sueño, pero no hay quien pueda decirnos lo que significan. José les dijo: —Vamos a ver, cuéntenme sus sueños, y Dios nos dirá lo que significan.
«Hemos soñado un sueño - le dijeron - y no hay quien lo interprete.» José les dijo: «¿No son de Dios los sentidos ocultos? Vamos, contádmelo a mí.»
Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.
Y ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.