José acumuló trigo como la arena del mar, tantísimo que dejó de calcularlo, porque era incalculable.
Juntó alimento como quien junta arena del mar, y fue tanto lo que recogió que dejó de contabilizarlo. ¡Ya no había forma de mantener el control!
José almacenó tanto trigo que parecía haber juntado toda la arena del mar; hasta dejó de anotar la cantidad de trigo guardada, porque ya no era posible llevar la cuenta.
José recolectó grano como la arena del mar, una enormidad, hasta tener que desistir de contar porque era innumerable.
Recogió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.
Y acopió José trigo como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.