Le dijo: —Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación.
Yo soy Dios, el Dios de tu padre le dijo. No tengas temor de ir a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación.
Entonces Dios le dijo: «Yo soy el Dios de tu padre. No tengas miedo de ir a Egipto, porque yo voy a ir contigo. Te convertiré en una gran nación, y te haré volver de nuevo a Canaán. Además, cuando mueras, José estará a tu lado».
«Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te haré una gran nación.
Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación.
Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque yo haré de ti una gran nación.