Pero no deberán comer carne con su *vida, es decir, con su sangre.
Pero no coman nunca carne que todavía tenga sangre, pues en la sangre está la vida.
Sólo dejaréis de comer la carne con su alma, es decir, con su sangre,
Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.