Retengamos firme la confesión de la esperanza sin vacilación, porque fiel es el que lo ha prometido.
Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.
Sigamos confiando en que Dios nos salvará. No lo dudemos ni un instante, porque él cumplirá lo que prometió.
Mantengamos firme la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa.
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra fe; que fiel es el que prometió;