Y por lo tanto, de uno solo, y estando éste muerto en cuanto a estas cosas, nacieron hijos como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar.
Por eso Abraham, aun cuando ya iba a morir, pudo tener tantos descendientes como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar. ¡Nadie puede contarlos!
Por lo cual también de uno solo y ya gastado nacieron hijos, = numerosos como las estrellas del cielo, incontables como las arenas de las orillas del mar. =
Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.
Por lo cual también, de uno, y éste ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.