Pero la que produce espinos y abrojos es desechada, está cercana a la maldición, y su fin es ser quemada.
En cambio, cuando produce espinos y cardos, no vale nada; está a punto de ser maldecida, y acabará por ser quemada.
Pero los que dejan de creer son como un terreno que sólo produce plantas con espinas: no sirve para nada, y Dios lo maldice. Al final, se le prende fuego.
Por lo contrario, la que produce = espinas y abrojos = es desechada, y cerca está de la = maldición, = y terminará por ser quemada.
pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.
pero la que produce espinas y abrojos es reprobada, y cercana a ser maldecida; y su fin es el ser quemada.