Pues aquel de quien se dice esto es de otra tribu, de la cual nadie ha servido en el altar.
En efecto, Jesús, de quien se dicen estas cosas, era de otra tribu, de la cual nadie se ha dedicado al servicio del altar.
Ese sacerdote tan distinto, del cual estamos hablando, es nuestro Señor Jesucristo. Como todos sabemos, él no descendía de la familia de Aarón, sino de la de Judá. La ley de Moisés dice que de esa familia nadie puede ser sacerdote, y nunca un sacerdote ha salido de ella.
Pues aquel de quien se dicen estas cosas, pertenecía a otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.
y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar.
porque aquel de quien se dicen estas cosas, de otra tribu es, de la cual nadie atendió al altar.