Aquí los hombres que mueren reciben los diezmos, mientras que allí los recibe aquel acerca de quien se ha dado testimonio de que vive.
En el caso de los levitas, los diezmos los reciben hombres mortales; en el otro caso, los recibe Melquisedec, de quien se da testimonio de que vive.
Los sacerdotes que ahora reciben la décima parte de lo que ganamos son personas que algún día morirán. Melquisedec, en cambio, sigue vivo, porque la Biblia no dice que haya muerto.
Y aquí, ciertamente, reciben el diezmo hombres mortales; pero allí, uno de quien se asegura que vive.
Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive.
Y aquí ciertamente los hombres mortales toman los diezmos; mas allí, uno de quien se da testimonio de que vive.