Pero yo dije: '¡De ninguna manera, Señor! Porque jamás ha entrado en mi boca ninguna cosa común o inmunda.'
Repliqué: '¡De ninguna manera, Señor! Jamás ha entrado en mi boca nada impuro o inmundo.'
»Yo le respondí: “¡No, Señor, de ninguna manera! Nuestra ley no nos permite comer carne de esos animales. Yo jamás he comido alimentos prohibidos.”
Y respondí: “De ninguna manera, Señor; pues jamás entró en mi boca nada profano ni impuro.”
Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca.
Y dije: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda entró jamás en mi boca.