Entonces respondió la voz del cielo por segunda vez: 'Lo que Dios ha purificado no lo tengas tú por común.'
Por segunda vez insistió la voz del cielo: 'Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro.'
»Pero Dios me dijo: “Si yo digo que puedes comer de estos animales, no digas que eso es malo.”
Me dijo por segunda vez la voz venida del cielo: “Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano.”
Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.
Entonces la voz me respondió del cielo por segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.