Entonces, cuando Juan terminaba su carrera, decía: '¿Quién pensáis que yo soy? Yo no lo soy. Más bien, he aquí viene tras mí uno de quien yo no soy digno de desatar el calzado de sus pies.'
Cuando estaba completando su carrera, Juan decía: '¿Quién suponen ustedes que soy? No soy aquél. Miren, después de mí viene uno a quien no soy digno ni siquiera de desatarle las sandalias.'
Cuando Juan estaba a punto de morir, les dijo a los israelitas: “Yo no soy el Mesías que Dios les prometió. Él vendrá después, y yo ni siquiera merezco ser su esclavo.”
y desde los cincuenta años cesará en el servicio; no servirá ya más.
Mas cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy? No soy yo él; mas he aquí viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de los pies.
Y cuando Juan terminaba su carrera, dijo: ¿Quién pensáis que soy yo? No soy yo él. Mas, he aquí, viene tras mí uno de quien no soy digno de desatar el calzado de sus pies.